El conservatismo es una corriente política y social que se caracteriza por valorar y defender las tradiciones, la estabilidad y la continuidad en la sociedad.
A diferencia de otras corrientes políticas, el conservatismo se enfoca en la preservación de la identidad nacional y cultural, y la promoción de un orden social sostenido por valores como la familia, la religión y la propiedad privada.
El conservatismo también se relaciona con la oposición a los cambios rápidos y drásticos, y se enfoca en el mantenimiento de las estructuras y prácticas establecidas en la sociedad. Para ello, se apoya en la ley y el orden, y en la promoción de la responsabilidad individual y la disciplina.
En el plano económico, los conservadores tienden a favorecer la libre empresa y la mínima intervención del Estado en la economía, y se oponen a políticas redistributivas y de bienestar social que consideran una amenaza a la libertad individual y a la prosperidad colectiva.
En resumen, el conservatismo es una corriente política y social que busca mantener y defender las tradiciones, valores y estructuras establecidas en la sociedad, a través de la ley y el orden, la promoción de la responsabilidad individual, la preservación de la identidad nacional y cultural, y la promoción de la libre empresa y la mínima intervención del Estado en la economía.