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Expresionismo
Caracterizado por la intensidad de la expresión de los sentimientos y las sensaciones, el expresionismo es un movimiento artístico y literario de origen europeo que surgió a principios del siglo XX.
Sobre el expresionismo pictórico, este se identificaba por el desequilibrio y la fuerza de los colores y las formas. En la literatura, el expresionismo se desarrolló principalmente en Alemania entre comienzos del siglo XX y principios de la década de 1920.
Sobre el expresionismo abstracto se define como una corriente pictórica del expresionismo que se desarrolló en Estados Unidos a mediados del siglo XX, el cual proyectó mediante la técnica abstracta con la expresión de emociones y sentimientos.
Como movimiento cultural, el expresionismo se puso de manifiesto en diversas áreas como las artes plásticas, la música, la literatura, el cine, el teatro, la danza, la fotografía, entre otras.
A su vez, emergió como reacción al impresionismo, frente al naturalismo y el carácter positivista de este movimiento. Representantes del expresionismo lo defendían como un arte más personal e intuitivo, en donde prevaleciera la visión interior del artista frente a la plasmación de la realidad.
Por priorizar la expresión de los sentimientos más que la descripción objetiva de la realidad, el expresionismo como corriente artística es extrapolable a cualquier época y espacio geográfico, ya sea de Europa, Estados Unidos u otras regiones en donde se dio a conocer esta manifestación desde inicios del pasado siglo XX.
Con sus temáticas de soledad, miseria y colores violentos, el expresionismo reflejó la amargura que afectó a los círculos artísticos e intelectuales de la Alemania de entonces que se preparaba para enfrentar conflictos bélicos, así como durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y en el período previo a la segunda entre los años 1918-1939.
Eso dio origen al deseo único de cambiar la vida, de que sus autores plasmaran en sus trabajos nuevas dimensiones de la imaginación, así como de renovar los lenguajes artísticos que se daban a conocer en cuadros e imágenes y otros elementos artísticos de expresión.
El expresionismo también formó parte de las llamadas “vanguardias históricas”, que contribuyó de manera determinante en los cambios políticos, sociales y culturales que se registraron en la Europa de entonces, la cual le hizo frente al auge político y económico de aquella burguesía de las últimas décadas del siglo XIX.
Esta corriente también carece de un centro geográfico único, ya que si bien se toman como su centro de operaciones las regiones germánicas, se localizan expresiones francesas, nórdicas, españolas y flamencas, en los que cada grupo o artista trabaja con independencia, motivo por el cual se explica la diversidad de tendencias.
Características
El expresionismo como corriente artística abarca diversos elementos que sus autores y representantes destacaban en los trabajos realizados en distintos campos como la música, la pintura, escultura, literatura, arquitectura, etc. Seguidamente se detallan algunas de sus principales características.
Contexto histórico
Como se dijo anteriormente, el expresionismo surgió en los primeros años del siglo XX, antes de la Primera Guerra Mundial y en medio de las llamadas “Vanguardias históricas”.
La atmósfera de pesimismo, crítica y pérdida de valores humanos que prevalecían en la Europa de la época hizo que el panorama empeorara después de la Primera Guerra Mundial, con lo cual el expresionismo amplió sus horizontes hacia el cine y el teatro.
Su tiempo de duración se mantuvo hasta la II Guerra Mundial, donde tuvo un declive importante, ya que el nazismo alemán lo calificó de “arte degenerado” y oprobioso asociado con el comunismo.
Estilo
Aunque en el expresionismo se agruparon numerosos artistas de estéticas distintas, en el movimiento predominó la preocupación por el contenido subjetivo de la obra por encima de la armonía y su parecido con la realidad de las formas. La importancia estaba vinculada a la visión “interior” del artista y no a los hechos de la vida cotidiana.
En formas artísticas como la literatura o la arquitectura, se registraron hechos trascendentes que luego condujeron a una verdadera renovación artística que se extendía hacia lo reflexivo y lo abstracto.
Pintura
Cabe destacar que el campo más destacado del expresionismo fue la pintura. Sus inicios se dieron entre dos grupos de artistas alemanes: Die Brücke, autor de la obra “El puente”, y el autor de “El jinete azul”, Der Blaue Reiter. En esta tendencia pictórica ya se perfilaban el color, el dinamismo y las sensaciones como los recursos a utilizar.
Los pintores de esta corriente fueron muy activos, realizando muchas exposiciones con destacada presencia en las principales ciudades alemanas. Luego se expandió a otros países como Francia, Bélgica, Checoslovaquia, Suiza, Finlandia, Hungría, Polonia, Suecia y, en América, en Estados Unidos, México, Argentina, Ecuador, Colombia y Brasil.
Arquitectura
Fuertemente influenciada por el modernismo y por la crítica al funcionalismo, el expresionismo en la arquitectura se cultivó principalmente en Alemania, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Austria y Checoslovaquia.
Es importante señalar que para ampliar sus posibilidades y experimentar perspectivas utópicas y formas osadas en sus obras, esta tendencia aprovechó la elaboración de materiales de construcción como ladrillos, acero y vidrio.
Escultura
La escultura en el expresionismo consistió en una ruptura individual de las formas tradicionales de esculpir. En el año 1920 esta derivó sobre todo en el abstraccionismo, en aras de propiciar una liberación de las formas que le diera plenitud a la expresión artística.
Literatura
El expresionismo en la literatura se plasmó a través de indagaciones en aspectos como la enfermedad, la locura y la deformidad.
El expresionismo narrativo se dividió entre una vertiente experimental y reflexiva, con inclinación a lo abstracto y subjetivo, y otra naturalista surgida como reacción. Destacan además la aparición de obras ilógicas y laberínticas, como la de Franz Kafka.
En la poesía se mantuvo la métrica y el soneto, y también apareció el verso libre. Igualmente surgió la estética de lo feo y lo grotesco, lo deforme y la expresión firme que no se subordina a reglas estilísticas o gramaticales.
La dramaturgia expresionista emprendió en el teatro elementos para renovar ideológicamente al público. De allí que emprendió obras de temáticas libres en sus personajes y situaciones, con evidente desapego por la lógica y con abundante carga de angustia, soledad y sufrimiento.
Música
La música se constituyó en otro ámbito destacado del expresionismo, que creó un lenguaje despojado de palabras y sentidos verbales que representaba la subjetividad del artista. Adicionalmente intentó liberar a la música de su tonalidad y de sus reglas, lo cual permitió el nacimiento de la música dodecafónica.
Otras artes
Es importante señalar que la danza, la ópera y el cine fueron otros de los artes influenciados fuertemente por el expresionismo. En cuanto al cine, el expresionismo alemán produjo obras notables, basándose en temáticas sombrías y representaciones surrealistas.
Representantes
Aunque el expresionismo como corriente literaria tuvo muchos representantes y seguidores, a continuación se nombran brevemente a sus principales autores y artistas:
En la pintura: Otto Mueller, Georges Rouault, Paul Klee, Vasili Kandinski, Amedeo Modigliani, Marc Chagall, José Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Piet Mondrian, Hans Arp, Max Ernst, Karl Hofer, Franz Marc, Egon Schiele, Oswaldo Guayasamín, entre otros.
En la arquitectura: Bruno Taut, Walter Gropius, Erich Mendelsohn, Hans Poelzig, Hermann Finsterlin, Fritz Höger, Hans Scharoun y Rudolf Steiner.
En la escultura: Ernst Barlach, Wilhelm Lehmbruck, Käthe Kollwitz, Bernhard Hoetger, Renée Sintenis, Jacob Epstein y Antoine Bourdelle.
En la literatura: Franz Kafka, Thomas Mann, Alfred Döblin, Gottfried Benn, Ramón María del Valle-Inclán, Camilo José Cela, Georg Trakl, August Stramm, Bertolt Brecht, Max Reinhardt, entre otros.
En la música: Arnold Schönberg, Alban Berg, Anton von Webern, Kurt Weill.
En el cine: Robert Wiene, Paul Wagener, Fritz Lang, Ewald André Dupont, Robert Siodmak, etc.