¿Que creen los monofisitas?

Los monofisitas creen en la naturaleza única de Cristo, es decir, que solo existe una única naturaleza, la divina, en el cuerpo de Jesús.

Este es un punto de vista que difiere de la doctrina cristiana oficial que enseña que Jesús tenía dos naturalezas, una divina y otra humana, que se unían en una sola persona.

Los monofisitas creen que, aunque Cristo era humano, su naturaleza humana era absorbida por la naturaleza divina, lo que significa que Jesús solo tenía una voluntad y una energía.

Esta idea ha sido motivo de controversia y ha llevado a conflictos dentro de la Iglesia cristiana desde el siglo V.

Para los monofisitas, la humanidad de Jesús es importante ya que sin ella, el sacrificio de Jesús en la cruz pierde su importancia.

Por lo tanto, consideran que la versión oficial de las dos naturalezas de Cristo socava la resurrección y la redención.

Los monofisitas están presentes en varias iglesias orientales, incluidas la Iglesia ortodoxa copta y la Iglesia ortodoxa siria.

A pesar de las diferencias doctrinales, los monofisitas comparten con la doctrina cristiana la creencia en la divinidad de Jesucristo y en la salvación de la humanidad a través de su sacrificio.

¿Que enseña el monofisismo?

El monofisismo es una herejía que surgió en el siglo V y que sostiene que Jesucristo tiene sólo una naturaleza, es decir, una sola sustancia divina-humana. Esta posición contradice la doctrina cristiana ortodoxa, que afirma que Cristo tiene dos naturalezas, divina y humana, que están unidas en una persona indivisible.

El monofisismo surgió como un intento de resolver la tensión entre la teología cristológica de Alejandría y la de Antioquía. Los alejandrinos enfatizaban la unidad de Cristo y su divinidad, mientras que los antioqueños destacaban la distinción entre sus dos naturalezas, divina y humana.

La enseñanza monofisita fue condenada por la Iglesia en el Concilio de Calcedonia en 451 d.C. El Concilio declaró que Cristo tiene dos naturalezas, una divina y otra humana, que están unidas en una sola persona. Este dogma se conoce como la "comunión de las dos naturalezas en la persona de Cristo".

El monofisismo se considera una herejía porque niega la verdad de que Cristo tiene dos naturalezas. Esta negación implica que la naturaleza divina absorbe o suprime la naturaleza humana, lo que significa que Jesucristo no es verdaderamente humano. Esto, a su vez, implica que la redención y la salvación son imposibles, ya que sólo un ser humano puede redimir a la humanidad.

¿Que enseña el eutiquianismo?

El eutiquianismo fue una corriente teológica que surgió en el siglo V, fundada por Eutiques. Esta corriente sostenía que en Jesucristo solo había una naturaleza, la divina, y que la humana había sido absorbida por la divina, dando lugar a una tercera naturaleza.

Una de las principales enseñanzas del eutiquianismo es que Jesucristo no tenía dos naturalezas, como afirmaba la corriente ortodoxa, sino que tenía una naturaleza divina-humana. Según esta corriente, la humanidad de Jesucristo había sido absorbida por su divinidad, lo que hacía que no fuera completamente humano.

Otra enseñanza del eutiquianismo es que la encarnación de Jesucristo fue una ilusión, y que solo aparentaba tener una naturaleza humana. Según esta corriente, el cuerpo de Jesucristo no era un cuerpo real, sino que era un cuerpo celestial, un cuerpo divino que no estaba sujeto a las leyes físicas.

El eutiquianismo también sostenía que Jesucristo no había sufrido realmente en la cruz, ya que al ser una persona divina, no podía sufrir. Según esta corriente, el sufrimiento de Jesucristo en la cruz solo había sido una apariencia, un espectáculo para los que lo rodeaban.

En conclusión, el eutiquianismo es una corriente que enseña que Jesucristo tenía solo una naturaleza, la divina, y que la humana había sido absorbida. Además, sostenía que la encarnación de Jesucristo era una ilusión y que su cuerpo no era real, y que no había sufrido realmente en la cruz. Estas enseñanzas fueron rechazadas por la corriente ortodoxa y tuvieron un impacto significativo en la historia del cristianismo.